La obra de arte de Mimi Matthews es una novela romántica histórica que nos transporta a la Inglaterra de la Regencia de 1835, donde una joven considerada diferente y un capitán marcado por el peso de la guerra descubrirán el verdadero valor y amor. Publicada por libros de seda, he podido disfrutar de una lectura muy interesante.

Phyllida nunca se sintió especialmente hermosa viviendo en el campo junto a su abuelo, rodeada de perros y de la naturaleza que tanto amaba. Pero cuando su muerte la deja huérfana y sin recursos, su tÃo Edgar Townsend la traslada a Londres con un propósito que va mucho más allá de encontrarle un buen partido. Phyllida posee algo que la hace única: un ojo de cada color, esta rareza la convierte en una curiosidad fascinante, en «La obra de arte» que todos quieren contemplar. Y nadie la desea más que el duque de Moreland, apodado «el Coleccionador», un hombre oscuro y peligroso que no ve en ella a una mujer, sino a una pieza más para su colección de objetos raros y valiosos.
Cuando Phyllida comprende que su tÃo pretende venderla al mejor postor sin importarle su opinión ni su felicidad, acude a pedirle ayuda al capitán Arthur Heywood, un conocido que es el único que la ha tratado con respeto.
Arthur Heywood regresó de la Guerra de la Independencia con heridas que van mucho más allá de las cicatrices visibles en su cuerpo. Debe caminar con un bastón y sufre estrés postraumático. Considera que no merece la compañÃa de nadie, sin embargo, cuando Phyllida le pide ayuda, algo le obliga a aceptar.
Lo que comienza como un acuerdo práctico entre dos personas que apenas se conocen se transforma poco a poco en algo mucho más profundo. Pero el duque de Moreland quiere vengarse hasta el punto de poner a prueba a Phyllida y Arthur.
Mimi Matthews posee un estilo narrativo delicado y sensible. Su prosa es elegante, fluida y accesible a todos. Tiene un talento especial para construir romances que se cocinan a fuego lento, donde cada mirada, cada gesto y cada palabra importan. No necesita recurrir a malentendidos forzados ni a separaciones absurdas para mantener la tensión; en cambio, confÃa en el desarrollo orgánico de la relación entre sus protagonistas, en las pequeñas revelaciones que van acercándolos y en los obstáculos externos que ponen a prueba su vÃnculo sin romper el ritmo de la historia.
El trastorno de estrés postraumático de Arthur logra reflejarlo con mucha sensibilidad, logrando mostrar no solo las secuelas fÃsicas de la guerra sino también las psicológicas, sin definir al personaje solo por sus heridas.
Del mismo modo, la autora utiliza la heterocromÃa de Phyllida como una metáfora de lo que la sociedad ve en ella, un objeto de belleza rara, y lo que ella realmente es, una mujer con voluntad propia, sueños y deseos. Con la protagonista, la autora cuestiona los cánones de belleza de belleza y la idea de que el valor de una persona reside en su belleza.
Todos los personajes secundarios resultan imprescindibles, desde las primas envidiosas de Phyllida hasta la antigua prometida resentida de Arthur, cada uno cumple una función especÃfica. Hay algo que me gusta mucho de esta autora, y es que en varias de sus series introduce los perros como un personaje más con una función muy concreta, revelar la naturaleza de los personajes.
Esta novela es clean romance, lo que significa que las escenas Ãntimas y sexuales entre Phyllida y Arthur no son explÃcitas, sino sugerentes, logrando transmitir el deseo, la ternura y la conexión entre los protagonistas a través de miradas, roces, etc.
La obra de arte es una lectura perfecta para quienes buscan romances donde la comunicación y el respeto son tan importantes como la pasión, donde los protagonistas se salvan el uno al otro y donde la verdadera obra de arte no es un objeto para coleccionar, sino el amor que dos personas construyen juntas.
¿Os animáis a acompañar a Phyllida y Arthur en su viaje hacia el amor?

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