Sin lugar a dudas Sentido y sensibilidad de Jane Austen. Pocos libros logran atraparme así.

Aquí guerra y después Gloria, de Silvia M. Díaz

Yo soy muy de Jane Austen, así que diría que cualquiera de sus novelas, pero también hay muchísimas autoras contemporáneas maravillosas. Victoria Álvarez es de mis favoritas porque siempre consigue engancharme y no soy capaz de dejar sus libros hasta que los termino.

Como escritora, la novela romántica contemporánea sin lugar a dudas, aunque debo confesar que cuando era adolescente escribía novelas de fantasía y mundos mágicos. Como lectora… es más complicado. Leo un poco de todo, depende de la época y de lo estresada que esté. Ahora mismo, por ejemplo, leo muchísima más novela romántica porque me ayuda a evadirme, pero también soy una gran lectora de fantasía y, por supuesto, de clásicos del siglo XIX.

Tengo muchas ganas de hablar de esta novela porque esto es prácticamente una exclusiva. La verdad es que no sabría decir muy bien de dónde salió la idea. Un día, sin más, apareció la protagonista en mi cabeza y comencé a perfilarla. A partir de ahí comencé a imaginar escenas y a anotarlas en un documento de Word, así que al final solo tuve que sentarme a ordenarlas y redactarlas. Fue un auténtico ataque de inspiración.

No está ambientada en ningún lugar concreto, solo se dice que es una ciudad. A pesar de que disfruté mucho escribiendo Amor en Granada y recorriendo sus calles junto a los protagonistas, quise hacer esta historia un poco más “universal”, así que preferí no ambientarla en ningún sitio en particular.

Nina es cabezota (como casi todas mis protagonistas) y un poco cínica. Es escritora de novela romántica, pero no cree en el amor, así que evita involucrarse en cualquier tipo de relación sentimental. También es muy amiga de sus amigas y le encanta pasar tiempo con ellas. Y, por supuesto, es bastante dramática y se toma las cosas demasiado a pecho. Pero, a pesar de todo esto, se le coge mucho cariño porque detrás de la coraza tiene un gran corazón.

Enzo es totalmente opuesto a Nina: es un clásico, cree en el amor, le gusta tomarse las cosas con calma… También es comprensivo y apoya a Nina en todos sus proyectos.

Pues es la novela que menos he tardado en escribir en mi vida. Yo soy un poco lenta porque apenas puedo dedicarle unas horas a la semana a la escritura, pero esta novela la escribí en solo mes y medio. Una vez comencé, no fui capaz de parar hasta terminarla. ¡Menos mal que era verano y tenía vacaciones!

Es difícil elegir y mucho más no hacer spoiler, pero me quedo con cierta fiesta de temática ochentera en la que suena Bonnie Tyler.

Uff, esto sí que es difícil… Supongo que con Elisa de Vidas enredadas o con Nina de Cada vez que te miro porque, al final, las tres somos artistas, así que tenemos ciertos rasgos en común y les tengo muchísimo cariño.

Porque es la magia del día a día, la de los pequeños detalles, la que nos empuja a soñar despiertas. Para mí estas novelas son un soplo de aire fresco que me ayudan a desconectar de la rutina y recordar que pueden pasar cosas bonitas cuando menos lo esperamos.

De hecho tengo dos: una novela corta que saldrá a finales de año (y que en redes he llamado #ProyectoCampanada) y una trilogía sobre tres amigas que estoy escribiendo poco a poco (#ProyectoDestino en redes).